martes, 29 de abril de 2014

Pieza:4,5 Mundialización financiera y globalización de la corrupción y el crimen



Pieza 4:
Mundialización financiera y globalización de la corrupción y el crimen.
La figura 4 se construye dibujando un rectángulo.
Los medios masivos de comunicación nos regalan una imagen de los dirigentes de la delincuencia mundial: hombres y mujeres vulgares, vestidos estrafalariamente, viviendo en mansiones ridículas o tras los barrotes de una cárcel. Pero esa imagen oculta más de lo que muestra: ni los verdaderos jefes de las mafias modernas, ni su organización, ni sus influencias reales en los terrenos económicos y políticos son divulgados públicamente.
Su usted piensa que el mundo de la delincuencia es sinónimo de ultratumba y oscuridad, está equivocado. Durante el período de la llamada "Guerra Fría", el crimen organizado fue adquiriendo una imagen más respetable y no sólo empezó a funcionar como cualquier empresa moderna, también fue penetrando profundamente en los sistemas políticos y económicos de los Estados nacionales. Con el inicio de la IV Guerra Mundial, la implantación del "nuevo orden mundial", y su consiguiente apertura de mercados, privatizaciones, la desregulación del comercio y las finanzas internacionales, el crimen organizado "globalizó" sus actividades.
"Según la ONU, los ingresos mundiales anuales de las organizaciones criminales transnacionales (OCT) son del orden de 1000 miles de millones de dólares, un monto equivalente al PNB combinado de países de ingreso débil (según la categorización de la banca mundial) y de sus 3 mil millones de habitantes. Esta estimación toma en cuenta tanto el producto del tráfico de droga, las ventas ilícitas de armas, el contrabando de materiales nucleares, etc., y las ganancias de las actividades controladas por las mafias (prostitución, juego, mercado negro de divisas...).
En cambio, no mide la importancia de las inversiones continuamente realizadas por las organizaciones criminales dentro de la esfera de control de negocios legítimos, ni tampoco la dominación que ellas ejercen sobre los medios de producción dentro de numerosos sectores de la economía legal" (Michel Chossudovsky, "La Corruption mondialisée" en "Géopolitique du Chaos". Op. Cit.).
Las organizaciones criminales de los 5 continentes han hecho suyo el "espíritu de cooperación mundial" y, asociadas, participan en la conquista y reordenamiento de los nuevos mercados. Pero no sólo en actividades criminales, también participan en negocios legales. El crimen organizado invierte en negocios legítimos no sólo para "blanquear" el dinero sucio, también para hacerse de capital para sus actividades ilegales. Las empresas preferidas para esto son las inmobiliarias de lujo, la industria del ocio, los medios de comunicación, la industria, la agricultura, los servicios públicos y... ¡la banca!
¿Alí Babá y los 40 banqueros? No, algo peor. El dinero sucio del crimen organizado es utilizado por los bancos comerciales para sus actividades: préstamos, inversiones en los mercados financieros, compra de bonos de deuda externa, compra y venta de oro y divisas. "En muchos países, las organizaciones criminales se han convertido en los acreedores del Estados y ejercen, por su acción sobre los mercados, una influencia sobre la política macroeconómica de los gobiernos. Sobre las bolsas de valores, ellas invierten igualmente en los mercados especulativos de productos derivados y de materias primas" (M. Chossudovsky, Op. Cit.).
Por si fuera poco, el crimen organizado cuenta con los llamados paraísos fiscales. En todo el mundo hay, cuando menos, 55 paraísos fiscales (uno de ellos, en las Islas Caimán, tiene el quinto lugar mundial como centro bancario y tiene más bancos y sociedades registradas que habitantes). Las Bahamas, las islas Vírgenes británicas, las Bermudas, San Martin, Vanuatu, las islas Cook, la isla Mauricio, Luxemburgo, Suiza, las islas Anglo-Normandas, Dublín, Mónaco, Gibraltar, Malta, son buenos lugares para que el crimen organizado se relacione con las grandes firmas financieras del mundo.
Además de "blanqueo" de dinero sucio, los paraísos fiscales son usados para evadir impuestos, de aquí que sean un punto de contacto entre gobernantes, empresarios y capos del crimen organizado. La alta tecnología, aplicada a las finanzas, permite la circulación rápida del dinero y la desaparición de ganancias ilegales. "Los negocios legales e ilegales están cada vez más imbricados, introducen un cambio fundamental en las estructuras del capitalismo de la posguerra. Las mafias invierten en negocios legales e, inversamente, ellas canalizan recursos financieros hacia la economía criminal, a través del control de bancos o de empresas comerciales implicadas en el blanqueo de dinero sucio o que tiene relaciones con las organizaciones criminales. Los bancos pretenden que las transacciones son efectuadas de buena fe y que sus dirigentes ignoran el origen de los fondos depositados. La consigna de no preguntar nada, el secreto bancario y el anonimato de las transacciones, todo está garantizando los intereses del crimen organizado, protegen a la institución bancaria de investigaciones públicas y de inculpaciones. No solamente los grandes bancos aceptan blanquear dinero, en vista de sus pesadas comisiones, sino que también concesionan créditos a tasas de interés elevadas a las mafias, en detrimento de las inversiones productivas industriales o agrícolas" (M. Chossudovsky, Op. Cit.).
La crisis de la deuda mundial, en los 80´s, provocó que el precio de las materias primas se fuera para abajo. Esto hizo que los países subdesarrollados vieran reducidos drásticamente sus ingresos. Las medidas económicas dictadas por el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, supuestamente para "recuperar" la economía de estos países, sólo agudizaron las crisis de los negocios legales. En consecuencia, la economía ilegal se ha desarrollado para llenar el vacío dejado por la caída de los mercados nacionales.
De acuerdo con un informe de las Naciones Unidas, "la intrusión de los sindicatos del crimen a sido facilitada por los programas de ajuste estructural que los países endeudados han sido obligados a aceptar para tener acceso a los préstamos del Fondo Monetario Internacional" (United Nations. "La Globalization du crime" New York, 1995).
Así que aquí tiene usted el espejo rectangular donde legalidad e ilegalidad intercambian reflejos.
¿De qué lado del espejo está el criminal?
¿De cuál el que lo persigue?


Pieza 5:
¿La legítima violencia de un poder ilegítimo?
La figura 5 se construye dibujando un pentágono.
El Estado, en el neoliberalismo, tiende a contraerse al "mínimo indispensable". El llamado "Estado Benefactor" no sólo se convierte en obsoleto, se desprende de todo lo que lo constituía en tal y se queda desnudo.
En el cabaret de la globalización, tenemos el "show" del Estado sobre una "table dance" que se despoja de todo hasta quedar con su prenda mínima indispensable: la fuerza represiva. Destruida su base material, anuladas sus posibilidades de soberanía e independencia, desdibujadas sus clases políticas, los Estados Nacionales se convierten, más o menos rápido, en un mero aparato de "seguridad" de las megaempresas que el neoliberalismo va erigiendo en el desarrollo de esta IV Guerra Mundial.
En lugar de que la inversión pública la orienten al gasto social, los Estados Nacionales prefieren mejorar su equipo, armamento y preparación para cumplir con eficacia la labor que la política dejó de cumplir hace años: el control de la sociedad.
Los "profesionales de la violencia legítima" se llaman a sí mismos los aparatos represivos de los Estados Modernos. Pero, ¿qué hacer si la violencia está ya bajo las leyes del mercado? ¿Dónde está la violencia legítima y dónde la ilegítima? ¿Qué monopolio de la violencia pueden pretender los maltrechos Estados nacionales si el libre juego de la oferta y la demanda desafía ese monopolio? ¿No demostró la pieza 4 que el crimen organizado, los gobiernos y los centros financieros están más que bien relacionados? ¿No es palpable que el crimen organizado cuenta con verdaderos ejércitos sin más frontera que el poder de fuego del rival? Así que el "monopolio de la violencia" no pertenece ya a los Estados Nacionales. El mercado moderno lo puso a venta...
Viene a cuento esto porque, debajo de la polémica entre violencia legítima e ilegítima, también está la disputa (falsa, pienso) entre violencia "racional" e "irracional".
Cierto sector de la intelectualidad mundial (insisto en que su quehacer es más complejo que el simple ser "de derecha o de izquierda", "progubernamental o de oposición", "etcétera bueno o etcétera malo") pretende que la violencia se puede ejercer de modo "racional", administrar de forma selectiva, (hay quien, incluso, adelanta algo así como la "mercadotecnia de la violencia"), y aplicar con habilidad "de cirujano" en contra de los males de la sociedad. Algo así inspiró la pasada etapa armamentista en la Unión Americana: armas "quirúrgicas", precisas, y operaciones militares como bisturí del "nuevo orden mundial". Así nacieron las "smart bombs" (que, según me platicó un reportero que cubrió "Desert Storm", no son tan "inteligentes" y batallan para distinguir entre un hospital y un depósito de misiles, en la duda, las "smart bombs" no se abstienen, destruyen). En fin, el Golfo Pérsico, como decían los compañeros de los pueblos zapatistas, está más allá de la capital estatal de Chiapas (aunque la situación de los kurdos tenga semejanzas espeluznantes con los indígenas de un país que se precia de ser "democrático" y "libre"), así que no insistamos en "aquella" guerra cuando tenemos la "nuestra".

Bien, la pugna entre violencia "racional" e "irracional" abre una vía de discusión interesante y, lamentablemente, no es inútil en los tiempos actuales. Podíamos tomar, por ejemplo, qué se entiende por "racional". Si se responde que es la "razón del Estado" (suponiendo que eso existiera y, sobre todo, que se le pudiera reconocer alguna razón al actual Estado neoliberal), entonces cabe preguntarse si esa "razón de Estado" se corresponde a la "razón de la sociedad" (siempre suponiendo que la sociedad de hoy retiene algo de racionalidad) y, más todavía, si la violencia "racional" del Estado es "racional" también a la sociedad. Aquí no hay mucho que discurrir (como no sea ociosamente), la "razón de Estado" en la modernidad no es otra que "la razón de los mercados financieros".
Pero, ¿cómo administra su "violencia racional" el Estado moderno? Y, ojo a la historia, ¿cuánto tiempo dura esa "racionalidad"? ¿El tiempo que va desde una a otra elección o golpe de Estado (según el caso)? ¿Cuántas violencias de Estado, que fueron aplaudidas como "racionales" en su tiempo, son ahora "irracionales"?
Lady Margaret Thatcher, de "grata" memoria para el pueblo británico, se tomó la molestia de prologar el libro "The Next War", de Caspar Weinberg and Peter Schweizer. (Regnery Publisihng, Inc. Washington, D.C. 1996).
En este texto, la señora Thatcher, adelanta algunas reflexiones sobre las 3 similitudes entre el mundo de la Guerra Fría y el de la Pos Guerra Fría: La primera de ellas es que el "mundo libre" nunca carecerá de agresores potenciales. La segunda es la necesidad de una superioridad militar de los "Estados democráticos" sobre los posibles agresores. La tercera similitud es que tal superioridad militar debe ser, sobre todo, tecnológica.
Para terminar su prólogo, la llamada "dama de hierro" define la "racionalidad violenta" de los Estados modernos al señalar: "Una guerra puede ocurrir de muchas maneras diferentes. Pero la peor usualmente pasa porque un poder cree que puede alcanzar sus objetivos sin una guerra o al menos con una guerra limitada que puede ser ganada rápidamente - y, en consecuencia, fallan los cálculos".
Para los señores Weinberg y Schweizer los escenarios de las "Guerras Futuras" son: Corea del Norte y China (abril 6 de 1998), Irán (abril 4 de 1999), México (marzo 7 del 2003), Rusia (febrero 7 del 2006), y el Japón (agosto 19 de 2007). No hay, pues, duda de quiénes serían los posibles agresores: asiáticos, árabes, latinos y europeos. ¡Casi la totalidad del mundo es considerado "posible agresor" de la "democracia" moderna!
Lógico (cuando menos en la lógica liberal): en la modernidad, el poder (es decir, el poder financiero) sabe que sólo puede "alcanzar sus objetivos" con una guerra, y no con una "guerra limitada que puede ser ganada rápidamente", sino con una guerra totalmente total, mundial en todos los sentidos. Y, si le creemos a la nueva secretaria de Estado de los Estados Unidos, Madeleine Albright, cuando dice: "Uno de los objetivos prioritarios de nuestro gobierno es el de asegurar que los intereses económicos de los Estados Unidos puedan extenderse a escala planetaria" ("The Wall Street Journal". 21/I/1997), entonces debemos entender que todo el mundo (y quiero decir "todo todo") es el teatro de operaciones de esta guerra.
Es de entender, entonces, que si la disputa por el "monopolio de la violencia" no se da de acuerdo a las leyes del mercado, sino que es desafiado desde abajo, el poder mundial "descubra" en ese reto a un "posible agresor". Este es uno de los desafíos (de los menos estudiados y más "condenados", entre los muchos que representa) lanzado por los indígenas en armas y en rebeldía del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en contra del neoliberalismo y por la humanidad...
Éste es el símbolo del Poder militar norteamericano, el pentágono. La nueva "policía mundial" pretende que los ejército y policías "nacionales" sólo sean el "cuerpo de seguridad" que garantice el "orden y el progreso" en las megápolis neoliberales.



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