Pieza 4:
Mundialización financiera y globalización de la corrupción y el crimen.
Mundialización financiera y globalización de la corrupción y el crimen.
La figura 4 se construye dibujando un rectángulo.
Los medios masivos de comunicación nos
regalan una imagen de los dirigentes de la delincuencia mundial: hombres y
mujeres vulgares, vestidos estrafalariamente, viviendo en mansiones ridículas o
tras los barrotes de una cárcel. Pero esa imagen oculta más de lo que muestra:
ni los verdaderos jefes de las mafias modernas, ni su organización, ni sus influencias
reales en los terrenos económicos y políticos son divulgados públicamente.
Su usted piensa que el mundo de la
delincuencia es sinónimo de ultratumba y oscuridad, está equivocado. Durante el
período de la llamada "Guerra Fría", el crimen organizado fue
adquiriendo una imagen más respetable y no sólo empezó a funcionar como
cualquier empresa moderna, también fue penetrando profundamente en los sistemas
políticos y económicos de los Estados nacionales. Con el inicio de la IV Guerra
Mundial, la implantación del "nuevo orden mundial", y su consiguiente
apertura de mercados, privatizaciones, la desregulación del comercio y las
finanzas internacionales, el crimen organizado "globalizó" sus
actividades.
"Según la ONU, los ingresos mundiales
anuales de las organizaciones criminales transnacionales (OCT) son del orden de
1000 miles de millones de dólares, un monto equivalente al PNB combinado de
países de ingreso débil (según la categorización de la banca mundial) y de sus
3 mil millones de habitantes. Esta estimación toma en cuenta tanto el producto
del tráfico de droga, las ventas ilícitas de armas, el contrabando de
materiales nucleares, etc., y las ganancias de las actividades controladas por
las mafias (prostitución, juego, mercado negro de divisas...).
En cambio, no mide la importancia de las
inversiones continuamente realizadas por las organizaciones criminales dentro
de la esfera de control de negocios legítimos, ni tampoco la dominación que
ellas ejercen sobre los medios de producción dentro de numerosos sectores de la
economía legal" (Michel Chossudovsky, "La Corruption
mondialisée" en "Géopolitique du Chaos". Op. Cit.).
Las organizaciones criminales de los 5
continentes han hecho suyo el "espíritu de cooperación mundial" y,
asociadas, participan en la conquista y reordenamiento de los nuevos mercados.
Pero no sólo en actividades criminales, también participan en negocios legales.
El crimen organizado invierte en negocios legítimos no sólo para
"blanquear" el dinero sucio, también para hacerse de capital para sus
actividades ilegales. Las empresas preferidas para esto son las inmobiliarias
de lujo, la industria del ocio, los medios de comunicación, la industria, la
agricultura, los servicios públicos y... ¡la banca!
¿Alí Babá y los 40 banqueros? No, algo
peor. El dinero sucio del crimen organizado es utilizado por los bancos
comerciales para sus actividades: préstamos, inversiones en los mercados
financieros, compra de bonos de deuda externa, compra y venta de oro y divisas. "En
muchos países, las organizaciones criminales se han convertido en los
acreedores del Estados y ejercen, por su acción sobre los mercados, una
influencia sobre la política macroeconómica de los gobiernos. Sobre las bolsas
de valores, ellas invierten igualmente en los mercados especulativos de
productos derivados y de materias primas" (M. Chossudovsky, Op. Cit.).
Por si fuera poco, el crimen organizado
cuenta con los llamados paraísos fiscales. En todo el mundo hay, cuando menos,
55 paraísos fiscales (uno de ellos, en las Islas Caimán, tiene el quinto lugar
mundial como centro bancario y tiene más bancos y sociedades registradas que
habitantes). Las Bahamas, las islas Vírgenes británicas, las Bermudas, San
Martin, Vanuatu, las islas Cook, la isla Mauricio, Luxemburgo, Suiza, las islas
Anglo-Normandas, Dublín, Mónaco, Gibraltar, Malta, son buenos lugares para que
el crimen organizado se relacione con las grandes firmas financieras del mundo.
Además de "blanqueo" de dinero
sucio, los paraísos fiscales son usados para evadir impuestos, de aquí que sean
un punto de contacto entre gobernantes, empresarios y capos del crimen
organizado. La alta tecnología, aplicada a las finanzas, permite la circulación
rápida del dinero y la desaparición de ganancias ilegales. "Los
negocios legales e ilegales están cada vez más imbricados, introducen un cambio
fundamental en las estructuras del capitalismo de la posguerra. Las mafias
invierten en negocios legales e, inversamente, ellas canalizan recursos
financieros hacia la economía criminal, a través del control de bancos o de
empresas comerciales implicadas en el blanqueo de dinero sucio o que tiene
relaciones con las organizaciones criminales. Los bancos pretenden que las
transacciones son efectuadas de buena fe y que sus dirigentes ignoran el origen
de los fondos depositados. La consigna de no preguntar nada, el secreto
bancario y el anonimato de las transacciones, todo está garantizando los
intereses del crimen organizado, protegen a la institución bancaria de
investigaciones públicas y de inculpaciones. No solamente los grandes bancos
aceptan blanquear dinero, en vista de sus pesadas comisiones, sino que también
concesionan créditos a tasas de interés elevadas a las mafias, en detrimento de
las inversiones productivas industriales o agrícolas" (M. Chossudovsky, Op. Cit.).
La crisis de la deuda mundial, en los
80´s, provocó que el precio de las materias primas se fuera para abajo. Esto
hizo que los países subdesarrollados vieran reducidos drásticamente sus
ingresos. Las medidas económicas dictadas por el Banco Mundial y el Fondo
Monetario Internacional, supuestamente para "recuperar" la economía
de estos países, sólo agudizaron las crisis de los negocios legales. En
consecuencia, la economía ilegal se ha desarrollado para llenar el vacío dejado
por la caída de los mercados nacionales.
De acuerdo con un informe de las Naciones
Unidas, "la intrusión de los sindicatos del crimen a sido
facilitada por los programas de ajuste estructural que los países endeudados
han sido obligados a aceptar para tener acceso a los préstamos del Fondo
Monetario Internacional" (United
Nations. "La Globalization du crime" New York, 1995).
Así que aquí tiene usted el espejo rectangular donde legalidad e
ilegalidad intercambian reflejos.
¿De qué lado del espejo está el criminal?
¿De cuál el que lo persigue? |
Pieza 5:
¿La legítima violencia de un poder ilegítimo?
¿La legítima violencia de un poder ilegítimo?
La figura 5 se construye dibujando un pentágono.
El Estado, en el neoliberalismo, tiende a
contraerse al "mínimo indispensable". El llamado "Estado
Benefactor" no sólo se convierte en obsoleto, se desprende de todo lo que
lo constituía en tal y se queda desnudo.
En el cabaret de la globalización, tenemos
el "show" del Estado sobre una "table dance" que se despoja
de todo hasta quedar con su prenda mínima indispensable: la fuerza represiva.
Destruida su base material, anuladas sus posibilidades de soberanía e
independencia, desdibujadas sus clases políticas, los Estados Nacionales se
convierten, más o menos rápido, en un mero aparato de "seguridad" de
las megaempresas que el neoliberalismo va erigiendo en el desarrollo de esta IV
Guerra Mundial.
En lugar de que la inversión pública la
orienten al gasto social, los Estados Nacionales prefieren mejorar su equipo,
armamento y preparación para cumplir con eficacia la labor que la política dejó
de cumplir hace años: el control de la sociedad.
Los "profesionales de la violencia
legítima" se llaman a sí mismos los aparatos represivos de los Estados
Modernos. Pero, ¿qué hacer si la violencia está ya bajo las leyes del mercado?
¿Dónde está la violencia legítima y dónde la ilegítima? ¿Qué monopolio de la
violencia pueden pretender los maltrechos Estados nacionales si el libre juego
de la oferta y la demanda desafía ese monopolio? ¿No demostró la pieza 4 que el
crimen organizado, los gobiernos y los centros financieros están más que bien
relacionados? ¿No es palpable que el crimen organizado cuenta con verdaderos
ejércitos sin más frontera que el poder de fuego del rival? Así que el
"monopolio de la violencia" no pertenece ya a los Estados Nacionales.
El mercado moderno lo puso a venta...
Viene a cuento esto porque, debajo de la
polémica entre violencia legítima e ilegítima, también está la disputa (falsa,
pienso) entre violencia "racional" e "irracional".
Bien, la pugna entre violencia
"racional" e "irracional" abre una vía de discusión
interesante y, lamentablemente, no es inútil en los tiempos actuales. Podíamos
tomar, por ejemplo, qué se entiende por "racional". Si se responde
que es la "razón del Estado" (suponiendo que eso existiera y, sobre
todo, que se le pudiera reconocer alguna razón al actual Estado neoliberal),
entonces cabe preguntarse si esa "razón de Estado" se corresponde a
la "razón de la sociedad" (siempre suponiendo que la sociedad de hoy
retiene algo de racionalidad) y, más todavía, si la violencia
"racional" del Estado es "racional" también a la sociedad.
Aquí no hay mucho que discurrir (como no sea ociosamente), la "razón de
Estado" en la modernidad no es otra que "la razón de los mercados
financieros".
Pero, ¿cómo administra su "violencia
racional" el Estado moderno? Y, ojo a la historia, ¿cuánto tiempo dura esa
"racionalidad"? ¿El tiempo que va desde una a otra elección o golpe
de Estado (según el caso)? ¿Cuántas violencias de Estado, que fueron aplaudidas
como "racionales" en su tiempo, son ahora "irracionales"?
Lady Margaret Thatcher, de
"grata" memoria para el pueblo británico, se tomó la molestia de
prologar el libro "The Next War", de Caspar Weinberg and Peter
Schweizer. (Regnery Publisihng, Inc. Washington, D.C. 1996).
En este texto, la señora Thatcher,
adelanta algunas reflexiones sobre las 3 similitudes entre el mundo de la
Guerra Fría y el de la Pos Guerra Fría: La primera de ellas es que el
"mundo libre" nunca carecerá de agresores potenciales. La segunda es
la necesidad de una superioridad militar de los "Estados democráticos"
sobre los posibles agresores. La tercera similitud es que tal superioridad
militar debe ser, sobre todo, tecnológica.
Para terminar su prólogo, la llamada
"dama de hierro" define la "racionalidad violenta" de los
Estados modernos al señalar: "Una guerra puede ocurrir de muchas maneras
diferentes. Pero la peor usualmente pasa porque un poder cree que puede
alcanzar sus objetivos sin una guerra o al menos con una guerra limitada que
puede ser ganada rápidamente - y, en consecuencia, fallan los cálculos".
Para los señores Weinberg y Schweizer los
escenarios de las "Guerras Futuras" son: Corea del Norte y China
(abril 6 de 1998), Irán (abril 4 de 1999), México (marzo 7 del 2003), Rusia
(febrero 7 del 2006), y el Japón (agosto 19 de 2007). No hay, pues, duda de
quiénes serían los posibles agresores: asiáticos, árabes, latinos y europeos.
¡Casi la totalidad del mundo es considerado "posible agresor" de la
"democracia" moderna!
Lógico (cuando menos en la lógica
liberal): en la modernidad, el poder (es decir, el poder financiero) sabe que
sólo puede "alcanzar sus objetivos" con una guerra, y no con una
"guerra limitada que puede ser ganada rápidamente", sino con una
guerra totalmente total, mundial en todos los sentidos. Y, si le creemos a la
nueva secretaria de Estado de los Estados Unidos, Madeleine Albright, cuando
dice: "Uno de los objetivos prioritarios de nuestro
gobierno es el de asegurar que los intereses económicos de los Estados Unidos
puedan extenderse a escala planetaria" ("The
Wall Street Journal". 21/I/1997),
entonces debemos entender que todo el mundo (y quiero decir "todo
todo") es el teatro de operaciones de esta guerra.
Es de entender, entonces, que si la
disputa por el "monopolio de la violencia" no se da de acuerdo a las
leyes del mercado, sino que es desafiado desde abajo, el poder mundial
"descubra" en ese reto a un "posible agresor". Este es uno
de los desafíos (de los menos estudiados y más "condenados", entre
los muchos que representa) lanzado por los indígenas en armas y en rebeldía del
Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en contra del neoliberalismo y
por la humanidad...
Éste es el símbolo del Poder militar norteamericano, el pentágono. La
nueva "policía mundial" pretende que los ejército y policías
"nacionales" sólo sean el "cuerpo de seguridad" que
garantice el "orden y el progreso" en las megápolis neoliberales.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario