QUE
RETIEMBLE EN SUS CENTROS LA TIERRA
A los
pueblos del mundo
A los
medios libres de comunicación
A la Sexta
Nacional e Internacional
Convocados
por la conmemoración del 20 aniversario del Congreso Nacional Indígena y
de la viva resistencia de los pueblos, naciones y tribus originarios de
este país México, de las lenguas amuzgo, binni-zaá, chinanteco, chol, chontal
de Oaxaca, coca, náyeri, cuicateco, kumiai, lacandón, matlazinca, maya, mayo,
mazahua, mazateco, mixe, mixteco, nahua, ñahñu, ñathô, popoluca, purépecha,
rarámuri, tlapaneco, tojolabal, totonaco, triqui, tzeltal, tsotsil, wixárika,
yaqui, zoque, chontal de Tabasco y hermanos aymara, catalán, mam, nasa, quiché
y tacaná decimos con firmeza que nuestra lucha es
abajo y a la izquierda, que somos anticapitalistas y que se ha llegado el
tiempo de los pueblos, de hacer vibrar este país con el latir ancestral del
corazón de nuestra madre tierra.
Es así que
nos reunimos a celebrar la vida en el Quinto Congreso Nacional Indígena que
tuvo lugar del 9 al 14 de octubre de 2016 en el CIDECI-UNITIERRA, Chiapas,
desde donde nuevamente nos damos cuenta de la agudización del despojo y la represión
que no han parado en 524 años en que los poderosos iniciaron una guerra que
tiene como fin exterminar a los que de la tierra somos y que como sus hijos no
hemos permitido su destrucción y muerte para beneficiar a la ambición
capitalista que no conoce fin, más que la destrucción misma. La resistencia por
seguir construyendo la vida hoy se hace palabra, aprendizaje y acuerdos.
En nuestros
pueblos nos construimos cada día en las resistencias por detener la tempestad y
ofensiva capitalista que no cesa sino que se vuelve cada día más agresiva y se
ha convertido en una amenaza civilizatoria no sólo para los pueblos indígenas y
campesinos sino para los pueblos de las ciudades que deben también crear formas
dignas y rebeldes para no ser asesinados, despojados, contaminados, enfermados,
esclavizados, secuestrados o desaparecidos. Desde nuestras asambleas
comunitarias hemos decidido, ejercido y construido nuestro destino desde
tiempos inmemoriales, por lo que mantener nuestras formas de organización y
defensa de nuestra vida colectiva es posible únicamente desde la rebeldía ante
los malos gobiernos, sus empresas y su delincuencia organizada.
Denunciamos
que:
Al Pueblo
Coca, Jalisco, el empresario Guillermo Moreno Ibarra invadió 12 hectáreas de
bosque en el paraje conocido como El Pandillo en contubernio con las
instituciones agrarias, usando la criminalización de los que luchan que llevó a
que 10 comuneros estuvieran sujetos a juicios por 4 años. El mal gobierno está
invadiendo la isla de Mezcala que es tierra sagrada comunal, al mismo tiempo
que desconoce al pueblo coca en la legislación indígena estatal con el objetivo
de borrarlos de la historia.
Los Pueblos
Otomí Ñhañu, Ñathö, Hui hú, y Matlatzinca del Estado de México y Michoacán
están siendo agredidos a través de la imposición del mega proyecto de
construcción de la autopista privada Toluca – Naucalpan y el tren interurbano,
destruyendo casas y lugares sagrados, compran conciencias y amañan las
asambleas comunales con presencia policiaca, además de los tramposos censos de
comuneros que suplantan la voz de todo un pueblo, privatización y despojo de
agua y territorio en el volcán Xinantécatl, conocido como el Nevado de Toluca,
al que los malos gobiernos quitan la protección que ellos mismos le dieron para
entregarlos a empresas turísticas. Se sabe que detrás de todos estos proyectos
está el interés por el despojo del agua y de la vida de la región. En la zona
de Michoacán se le niega la identidad al pueblo otomí mientras un grupo de
gendarmería ha entrado a la región para cuidar los cerros prohibiendo a los
indígenas subir y cortar madera.
A los
pueblos originarios residentes en la Ciudad de México se les despoja de los
territorios que han conquistado para ganarse la vida trabajando, robándoles sus
mercancías y usando fuerza policiaca. Se les desprecia y reprime por usar su
ropa y su lengua, además de que se les criminaliza acusándoles de vender droga.
El
territorio del Pueblo Chontal de Oaxaca es invadido por concesiones mineras que
desmantelan los terrenos comunales, lo que afectará a 5 comunidades, su gente y
recursos naturales.
En el
Pueblo Maya Peninsular de Campeche, Yucatán y Quintana Roo hay despojo de
tierras para la siembra de soya transgénica y palma africana, la contaminación
de los acuíferos por agroquímicos, la construcción de parques eólicos, parques
solares, desarrollos eco turístico y empresas inmobiliarias. Asimismo están en
resistencia contra las altas tarifas de la luz eléctrica que han traído
hostigamientos y órdenes de aprehensión. En Calakmul, Campeche 5 comunidades
son despojadas por la imposición de áreas naturales protegidas, pago por
servicios ambientales y captura de carbono, en Candelaria, Campeche persiste la
lucha por la certeza en la tenencia de la tierra. En los 3 estados se da una fuerte
criminalización a quienes defienden el territorio y los recursos naturales.
Al Pueblo
Maya de Chiapas, tzotzil, tzeltal, tojolabal, chol y lacandón, se les continúa
despojando de sus territorios para la privatización de los recursos naturales,
lo que ha traído encarcelamientos y asesinatos de quienes defienden el derecho
a permanecer en su territorio, se les discrimina y reprime constantemente
cuando se defienden y se organizan para seguir construyendo su autonomía,
aumentando las violaciones a los derechos humanos a cargo de fuerzas
policiacas. Existen campañas de fragmentación y división dentro de las
organizaciones, así como asesinatos de compañeros que han defendido su
territorio y recursos naturales en San Sebastián Bachajón. Los malos gobiernos
siguen tratando de destruir la organización de las comunidades bases de apoyo
del EZLN y nublar la esperanza que de ellas emana y que ofrece una luz a todo
el mundo.
El pueblo
Mazateco de Oaxaca ha sido invadido por propiedades privadas, donde explotan el
territorio y la cultura para el turismo como el nombramiento de Huautla de
Jiménez como “Pueblo Mágico” para hacer legal el despojo y la comercialización
de saberes ancestrales, acompañado de concesiones mineras y exploración de
espeleólogos extranjeros en las grutas existentes. Lo que imponen mediante un
creciente hostigamiento por parte del narcotráfico y militarización del
territorio. Los feminicidios y violaciones a las mujeres en la región van en
aumento siempre con la complicidad omisa de los malos gobiernos.
A los
Pueblos Nahua y Totonaca de Veracruz y Puebla se enfrentan a las fumigaciones
aéreas que producen enfermedades a nuestros pueblos. Hay exploración y
explotación de minería e hidrocarburos a través del fracking y se encuentran en
peligro 8 cuencas a causa de nuevos proyectos que contaminan los ríos.
Los pueblos
nahua y Popoluca del sur de Veracruz enfrentan el asedio de la delincuencia
organizada y sufren los riesgos de la destrucción territorial y desaparición
como pueblo por la amenaza de la minería, de los eólicos y sobre todo de la
explotación de hidrocarburos mediante el fracking.
El Pueblo
Nahua, que se encuentra en los estados de Puebla, Tlaxcala, Veracruz, Morelos,
Estado de México, Jalisco, Guerrero, Michoacán, San Luis Potosí y Ciudad de México,
enfrenta una constante lucha por contener el avance del llamado Proyecto
Integral Morelos, que comprende gaseoductos, acueductos y termoeléctrica. Los
malos gobiernos deseando detener la resistencia y comunicación de los pueblos
intenta despojar de la radio comunitaria de Amiltzingo, Morelos. Asimismo la
construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México y las obras
complementarias amenazan los territorios circundantes al lago de Texcoco y la
Cuenca del Valle de México, principalmente Atenco, Texcoco y Chimalhuacán.
Mientras que en Michoacán el pueblo nahua enfrenta el saqueo de los
recursos naturales y minerales por parte de sicarios acompañados por
policía o ejército y la militarización y paramilitarización de sus territorios.
Tratar de detener esta guerra ha costado el asesinato, persecución,
encarcelamiento y hostigamiento a líderes comunitarios.
El Pueblo
Zoque de Oaxaca y Chiapas enfrenta la invasión por concesiones mineras y
supuestas propiedades privadas en tierras comunales en la región de los
Chimalapas; asimismo tres hidroeléctricas y la extracción de hidrocarburos
mediante fracking. Hay corredores ganaderos y en consecuencia tala excesiva de
los bosques para pastizales, también se están cultivando semillas transgénicas.
Al mismo tiempo existen zoques migrantes en varios estados del país
reconstituyendo su organización colectiva.
El Pueblo
Amuzgo de Guerrero enfrenta el despojo del agua del río San Pedro para zonas
residenciales y el abastecimiento de la ciudad de Ometepec. Su radio comunitaria
ha sido objeto de una constante persecución y hostigamiento.
El Pueblo
Rarámuri de Chihuahua sufre la pérdida de áreas de cultivo por la construcción
de carreteras, el aeropuerto en Creel y por el gaseoducto que viene de Estados
Unidos a Chihuahua, además de existir mineros japoneses y de represas y
turismo.
El Pueblo
Wixárika de Jalisco, Nayarit y Durango se enfrenta a la destrucción y
privatización de sus lugares sagrados de los que dependen todos sus tejidos
sociales, políticos y familiares, el despojo de sus tierras comunales a favor
de caciques, valiéndose de las indefiniciones limítrofes entre estados de la
República y campañas de división orquestadas desde los malos gobiernos.
El Pueblo
Kumiai de Baja California sigue luchando por la reconstitución de sus
territorios ancestrales, contra invasiones por particulares, la privatización
de sus lugares sagrados y la invasión de los territorios por gaseoductos y
autopistas.
El Pueblo
Purépecha de Michoacán tiene el problema de deforestación, ejercida desde la
complicidad entre los malos gobiernos con los grupos narcoparamilitares que
saquean los bosques y la madera. Para ellos la organización de debajo de las
comunidades es un obstáculo para el saqueo.
En el
pueblo Triqui de Oaxaca la presencia de los partidos políticos, empresas
mineras, paramilitares y malos gobiernos fomentan la desintegración de los
tejidos comunitarios para el saqueo de los recursos naturales
Al Pueblo
Chinanteco de Oaxaca le destruyen sus formas de organización comunitaria con el
reparto agrario, la imposición de pagos por servicios ambientales, la captura
de carbono y el ecoturismo. La proyección de una autopista de 4 carriles
atraviesa el territorio y lo divide. En los ríos Cajono y Usila los malos
gobiernos tienen proyectadas tres represas que afectará a pueblos chinantecos y
zapotecos. Hay concesiones mineras y la exploración de pozos petroleros.
El Pueblo
Náyeri de Nayarit enfrenta la invasión y destrucción de sus territorios
sagrados en el sitio denominado Muxa Tena en el Río San Pedro mediante el
proyecto hidroeléctrico Las Cruces.
El Pueblo
Yaqui de Sonora mantiene la lucha sagrada en contra del gaseoducto que
atravesará su territorio y en defensa de las aguas del Río Yaqui que los malos
gobiernos deciden llevar a la ciudad de Hermosillo, Sonora, aún en contra de
sentencias judiciales y recursos internacionales que han dejado demostrada su
razón legal y legítima, valiéndose de la criminalización y hostigamiento de
autoridades y voceros de la tribu Yaqui.
Los Pueblos
Binizzá e Ikoot se organizan y articulan para contener el avance de los
proyectos eólicos, mineros, hidroeléctricos, presas, gaseoductos y en especial
la zona llamada Zona Económica Especial del Istmo de Tehuantepec y de
infraestructura que amenazan el territorio y la autonomía de los pueblos en el
Istmo de Tehuantepec, quienes son calificados como talibanes del medio ambiente
y talibanes del derecho indígena como las palabras expresadas por la Asociación
Mexicana de Energía al referirse a la Asamblea Popular del Pueblo Juchiteco.
El Pueblo
Mixteco de Oaxaca sufre el despojo de su territorio agrario, afectando con ello
sus usos y costumbres mediante amenazas, muertes y encarcelamientos que buscan
callar las voces de los inconformes, promoviendo grupos paramilitares armados
por los malos gobiernos, como es el caso de San Juan Mixtepec, Oaxaca.
Los pueblos
Mixteco, Tlapaneco, y Nahua de la montaña y costa de Guerrero enfrentan la
imposición de megaproyectos mineros apoyados por el narcotráfico, sus
paramilitares y los malos gobiernos, que se disputan los territorios de los
pueblos originarios.
El mal
gobierno mexicano sigue mintiendo y tratando de ocultar su descomposición y
responsabilidad absoluta en la desaparición forzada de los 43 estudiantes de la
escuela normal rural Raúl Isidro Burgos de Ayotzinapa, Guerrero
El Estado
mantiene secuestrados a los compañeros Pedro Sánchez Berriozábal, Rómulo Arias
Míreles, Teófilo Pérez González, Dominga González Martínez, Lorenzo Sánchez
Berriozábal y Marco Antonio Pérez González de la comunidad Nahua de San Pedro
Tlanixco en el Estado de México, al compañero zapoteco de la región Loxicha
Álvaro Sebastián, a los compañeros Emilio Jiménez Gómez y Esteban Gómez Jiménez
presos de la comunidad de Bachajón, Chiapas, a los compañeros Pablo López
Álvarez y manteniendo en el exilio de Raúl Gatica García y Juan Nicolás López
del Consejo Indígena y Popular de Oaxaca Ricardo Flores Magón. Recientemente un
juez de consigna dictó sentencia de 33 años de prisión al compañero Luis
Fernando Sotelo por exigir la presentación con vida de los 43 estudiantes
desaparecidos de Ayotzinapa, a los compañeros Samuel Ramírez Gálvez, Gonzalo
Molina González y Arturo Campos Herrera de la Coordinadora Regional de
Autoridades Comunitarias- PC. Asimismo mantiene cientos de presos indígenas y
no indígenas en todo el país por defender sus territorios y exigir justicia.
En el
pueblo Mayo el territorio ancestral está siendo amenazado por proyectos
carreteros para unir Topolobampo con el estado de Texas, Estados Unidos; al
mismo tiempo que se configuran ambiciosos proyectos turísticos en la Barranca
del Cobre.
La nación
Dakota está viendo invadido y destruido su territorio sagrado por gaseoductos y
oleoductos, por lo que mantiene un plantón permanente para proteger lo que es
suyo.
Por todo lo
anterior reiteramos que el cuidado de la vida y de la dignidad, es decir la
resistencia y la rebeldía desde abajo y a la izquierda, es nuestra obligación a
la que sólo podemos responder de forma colectiva. La rebeldía pues, la
construimos desde nuestras pequeñas asambleas en localidades que se conjuntan
en grandes asambleas comunales, ejidales, en juntas de buen gobierno y en
acuerdos como pueblos que nos unen bajo una identidad. En el compartir,
aprender y construir de los que somos el Congreso Nacional Indígena nos vemos y
sentimos en nuestros dolores, descontento y en nuestros fundamentos
ancestrales.
Para
defender lo que somos, nuestro caminar y aprendizaje se han consolidado en el
fortalecimiento en los espacios colectivos para tomar decisiones, recurriendo a
recursos jurídicos nacionales e internacionales, acciones de resistencia civil
pacífica, haciendo a un lado los partidos políticos que sólo han generado
muerte, corrupción y compra de dignidades, se han hecho alianzas con diversos
sectores de la sociedad civil, haciendo medios propios de comunicación,
policías comunitarias y autodefensas, asambleas y concejos populares, cooperativas,
el ejercicio y defensa de la medicina tradicional, el ejercicio y defensa de la
agricultura tradicional y ecológica, los rituales y ceremonias propias para
pagar a la madre tierra y seguir caminando con ella y en ella, la siembra y
defensa de las semillas nativas, foros, campañas de difusión y actividades
político culturales.
Ése es el
poder de abajo que nos ha mantenido vivos y es por ello que conmemorar la
resistencia y rebeldía es también ratificar nuestra decisión de seguir vivos
construyendo la esperanza de un futuro posible únicamente sobre las ruinas del
capitalismo.
Considerando
que la ofensiva en contra de los pueblos no cesará sino que pretenden
hacerla crecer hasta haber acabado con el último rastro de lo que somos
como pueblos del campo y la ciudad, portadores de profundos descontentos que
brotan también en nuevas, diversas y creativas formas de resistencias y de
rebeldías es que este Quinto Congreso Nacional Indígena determinó iniciar una
consulta en cada uno de nuestros pueblos para desmontar desde abajo el poder
que arriba nos imponen y que nos ofrece un panorama de muerte, violencia,
despojo y destrucción.
Ante todo
lo anterior, nos declaramos en asamblea permanente y consultaremos en cada una
de nuestras geografías, territorios y rumbos el acuerdo de este Quinto CNI para
nombrar un concejo indígena de gobierno cuya palabra sea materializada por una
mujer indígena, delegada del CNI como candidata independiente que contienda a
nombre del Congreso Nacional Indígena y el Ejército Zapatista de Liberación
Nacional en el proceso electoral del año 2018 para la presidencia de este país.
Ratificamos
que nuestra lucha no es por el poder, no lo buscamos; sino que llamaremos a los
pueblos originarios y a la sociedad civil a organizarnos para detener esta
destrucción, fortalecernos en nuestras resistencias y rebeldías, es decir en la
defensa de la vida de cada persona, cada familia, colectivo, comunidad o
barrio. De construir la paz y la justicia rehilándonos desde abajo, desde donde
somos lo que somos.
Es el
tiempo de la dignidad rebelde, de construir una nueva nación por y para todas y
todos, de fortalecer el poder de abajo y a la izquierda anticapitalista, de que
paguen los culpables por el dolor de los pueblos de este México multicolor.
Por último
anunciamos la creación de la página oficial del CNI en la direcciónwww.congresonacionalindigena.org
Desde el
CIDECI-UNITIERRA, Chiapas, octubre de 2016
Por la
Reconstitución Integral de Nuestros Pueblos
Nunca Más
un México sin Nosotros
Congreso
Nacional Indígena
Ejército
Zapatista de Liberación Nacional