martes, 17 de noviembre de 2015

Drogas Libertarias

El sueño idealista de La ruta de la seda 
de Russ Ulbricht 
                    
                                                                                Por:     Naief Yehya
Drogas libertarias   
Como muchos otros ciberrebeldes y tecnoanarquistas libertarios, Russ Ulbricht desconfiaba de todas las formas de la autoridad y la represión estatal. Ulbricht estudió ingeniería y ciencias de materiales y obtuvo calificaciones sobresalientes. Pero una vez terminados sus estudios encontró ese campo de la física profundamente árido y decidió reorientar su atención hacia las cripto divisas, sistemas monetarios alternativos, digitales, descentralizados, para el intercambio de bienes y servicios cuyo valor depende exclusivamente de factores del mercado y de la criptografía, así como de la producción y verificación colectiva. La más famosa y representativa de estas divisas es Bitcoin. Ulbricht imaginaba que gracias a este tipo de herramientas era posible crear mercados anónimos, donde la gente pudiera adquirir cualquier cosa sin dejar rastro a la policía, a los inspectores fiscales o a cualquier otro entrometido. Inicialmente experimentó vendiendo libros en línea, pero poco a poco decidió que la mercancía ideal para un mercado transgresor como ése debían ser drogas ilegales; de tal manera pondría en evidencia no sólo la posibilidad de una reorganización económica sin más reglas que las leyes de la oferta y la demanda, sino también la inutilidad de la costosa, manipuladora y sangrienta guerra contra las drogas.

Mercado de la transgresión   
En enero de 2011, Ulbricht finalmente subió su sitio a la red. Inicialmente lo llamó Underground Brokers, pero luego cambió a Silk Road (SR). Para acceder a este mercado era necesario el uso del programa anonimizador Tor o equivalentes. Una de las primeras transacciones que tuvo lugar en ese espacio fue que Russ vendió cinco kilos de hongos alucinógenos que él mismo sembró y cosechó. Al poco tiempo numerosos vendedores y compradores comenzaron a integrarse y a dar forma a un auténtico bazar virtual que Ulbricht administraba manualmente. El sitio creció de manera fabulosa y para junio de ese mismo año ya se había convertido en una especie de eBay subterráneo donde se podían adquirir los productos clandestinos más exóticos, como aquellos que enumera Joshuah Bearman en su artículo en Wired, “The Rise and Fall of Silk Road”:  “Cocaína colombiana escama de pescado, heroína afgana núm. 4, LSD fresa, hash caramelo, copos de cocaína Mercurio sin cortar, XTC estrella de la invencibilidad, MDMA Mitsubishi blanco, heroína alquitrán negro u orozuz del diablo.” Aparte de eso circulaban ahí toda clase de fármacos, opiáceos y antidepresivos y toda clase de medicamentos codiciados. El sitio estaba hecho de manera relativamente amateur, por lo que con el brutal incremento de tráfico y la circulación de grandes cantidades de dinero, requirió de una reprogramación profesional.
El culto del pirata   
La Ruta de la Seda para Ulbricht era un negocio, pero también era un experimento social, un ejercicio purista de libertad extrema. Casi todo se valía en ese mercado, con la excepción de pornografía infantil, artículos robados y cualquier cosa que causara daño a terceros. Russ se fue convirtiendo en el gurú de SR y una figura de culto. En febrero de 2012, Russ adoptó el nombre de Dread Pirate Roberts (el Temido Pirata Roberts) inspirado en el personaje del filme Princess Bride, de Rob Reiner, un personaje que no es un hombre, sino una serie de individuos que se ocultan tras de una máscara. Más que un simple administrador, el Pirata era un ideólogo que sostenía debates en torno al poder del Estado, el control económico y los límites de la libertad, por lo que eran comunes las discusiones sobre la legitimidad de vender armas, órganos humanos, esclavos, o contratar asesinos a sueldo.

Servicio al cliente


La disponibilidad, facilidad de uso, seguridad y la posibilidad de los usuarios de calificar y reseñar a los vendedores, compradores y los productos, creaba un sistema de confianza sin precedente en el mundo de la droga que, más que consumidores satisfechos, generó masas de seguidores devotos. SR no pasó inadvertido y pronto el Pirata Roberts descubrió que numerosos agentes de Homeland Security, el Servicio Secreto, el FBI y la DEA estaban decididos a encontrarlo para destruir su trabajo. El propio senador de Nueva York, Charles Schumer, organizó una cruzada contra SR. Ulbricht era disciplinado y extremadamente cuidadoso; sin embargo, como sucede siempre, cometió un error. Ulbricht aseguraba que sr nunca sería encontrado, pero un problema de programación filtraba de cuando en cuando la dirección IP del sitio o la etiqueta de protocolo de internet. Un día, un agente obsesivo y atento tuvo suerte y astucia y la detectó.


Libre mercado
La utopía libertaria de un mercado “sin fricción”, en el que cualquier producto podría ser comprado o cambiado sin dejar huella, era el primer paso de Dread Pirate Roberts para la construcción de una sociedad más igualitaria y justa. El delirante bazar llamado Silk Road en la deep web (el gigantesco espectro de internet no indexado que es miles de veces más grande que el web “superficial”) era una teoría económica puesta en acción. Este sitio, que habría de volverse un imperio (con más de un millón de usuarios registrados y en el que circularon más de mil millones de dólares), le generó en menos de tres años cerca de 20 millones de dólares en ganancias netas a su creador,


 Ross Ulbricht, quien bajo el nom d’internet Dread Pirate Roberts o DPR, administraba las operaciones comerciales del sitio pero también lo utilizaba como tribuna para predicar sus ideas, inspiradas en el trabajo del economista austríaco Ludwig von Mises. Ahí Ross estableció contacto con un agente de la DEA, Carl Force, quien se hacía pasar por Eladio Guzmán, alias Nob, un supuestonarco puertorriqueño. A pesar de que Ulbricht sabía que numerosos agentes trataban de infiltrar el sitio, Nob logró convencerlo de la autenticidad de sus credenciales en el mundo del crimen y se ganó su confianza. Al poco tiempo tenían algo parecido a una amistad. Nob le aconsejaba cómo manejar el negocio y cuando DPR comenzó a desconfiar de uno de sus empleados, Curtis Green (primero se enteró de que había sido arrestado, por lo que temió que lo hicieran confesar, y después, porque aparentemente se había robado el equivalente a 350 mil dólares en Bitcoin), le ofreció eliminarlo por 80 mil dólares.

¿Ideólogo o demagogo?  De ser esto cierto, en el momento en que el miedo y la paranoia llevaron a Ross a aceptar la propuesta de Nob, el idealismo de Silk Road se desplomó y sólo quedó una corporación criminal. Según Joshuah Bearman, en su artículo de Wired, no le tomó demasiado tiempo a Ulbricht decidir la ejecución de uno de los miembros de esta comunidad. Podemos suponer que la distancia imaginaria entre el mundo real y el digital podría hacer que parezca menos grave ordenar matar a alguien en línea; sin embargo, semejante decisión parece totalmente ajena a la naturaleza de Ulbricht, quien vivía en una austeridad extrema y jamás fue violento. Con la fama y el éxito se multiplicaron los problemas: spammers, ladrones, el fluctuante valor del Bitcoin,hackers hostiles que buscaban extorsionarlo (a veces tenía que pagar 50 mil dólares al mes por protección), sitios competidores agresivos y ostentosos, como Atlantis, y ataques rutinarios de negación de servicio. Force le envió fotos de Green “muerto” y cobró el resto de su comisión. Tenía ahí ya suficientes pruebas para meterlo a la cárcel, si sólo lograba descubrir su identidad. A este falso asesinato siguieron supuestamente otros, como uno encargado a un presunto pandillero de los Hell Angels para eliminar a un extorsionador por 150 mil dólares. La paradoja es que estos presuntos crímenes no están incluidos en sus cargos, sino que fue condenado por tráfico de drogas y documentos, lavado de dinero y hackeo.


Huellas imborrables
Ulbricht era un programador autodidacta y construir un sitio de esta magnitud estaba muy por encima de sus habilidades. Eventualmente el sistema filtró referencias que llevaron a investigadores del IRS, DEA y FBI a localizarlo a él y a los servidores de Silk Road. Una de las piezas del rompecabezas fue el descubrimiento realizado por Homeland Security de una orden de identificaciones falsas con las que Ulbricht pensaba contratar más servidores. Los agentes aseguran que descubrieron una dirección de correo en un foro especializado, una ip que coincidía con la de un café internet desde donde se había tenido acceso a Silk Road, un perfil en LinkdIn, y más pistas que, gracias a la suerte y a Google, revelaron la identidad de Ross, quien fue arrestado el 1 de octubre de 2013 en una biblioteca mientras tecleaba como DPR. No son pocos los expertos que no creen que una investigación semejante sea realista.

Justos y pecadores

Después de un controvertido y tumultuoso juicio, Ulbricht fue sentenciado a cadena perpetua el pasado 29 de mayo, un evidente castigo ejemplar. Mientras tanto, el agente Force, quien precipitó el colapso de Ulbricht, se declaró culpable en junio de haber robado 820 mil dólares en Bitcoin durante la investigación. Asimismo, el agente del servicio secreto, Shaun Bridges, aceptó haber robado y lavado dinero en este caso. La familia Ulbricht creó el sitio freeross.org y sigue luchando por una apelación y un nuevo juicio.