jueves, 3 de abril de 2014

Graffiti





         Graffiti
                                   Por: Ramón Ortiz M.
     Ante la falta de los medios necesarios para el desarrollo total de las personas sobre todo los jóvenes estos tienden al agrupamiento para satisfacer algunas de estas necesidades, resulta increíble entonces que algunos estudiosos continúen tratando de encontrar el porque del fenómeno de las bandas.

  Para los jóvenes de la generación actual se vuelve más cabrón todavía porque los espacios sobre todo en las zonas más jodidas de la ciudad se reducen y las esperanzas también,  como las ratas hacinadas las más fuertes sobrevivirán, pero las más débiles por instinto se agruparan para la supervivencia.
 para la juventud de hoy la necesidad echar desmadre es tan importante como la necesidad de tener sexo con condón, hacer deporte o tener un trabajo remunerado y estable.

  La manera de exigir alternativas de solución para estas necesidades son también muchas y variadas, la manera de vestirse, la música que se escucha y se crea, y sobre todo una forma artística de expresión callejera a la falta de espacios., Que hoy se ha puesto tan de moda a raíz de la avalancha de grupos raperos, hip- hoperos, buenos, malos y regulares que han invadido la escena musical juvenil, estamos hablando del GRAFFITY una forma de expresión cultural popular que hoy vuelve a mostrarse en esta gran galería de arte que es la ciudad.

 La historia de los graffitys y graffiteros comienza en los años sesentas cuando las ideas del “Black Power”  toman gran impulso sobre todo en la comunidad de los marginados ghettos de Nueva York.
 Continuaría exhibiéndose en los muros de las calles durante las revueltas de los años setentas, cuando el “Soul” (convertido ya en un movimiento de revaloración de la negritud),  permite que el joven del “Ghetto” se exprese aún con mayor fuerza.  Este graffiti seminal comenzó con pintas que tendían más hacia la exigencia política que en aquel entonces era primordial, así que era común ver “slogans” y nombres que organizaciones como tema principal.

   Pero de pronto el graffity  comienza una evolución que lo llevará a ser considerado como una muestra pictórica artística, que requiere de conocimientos previos, una técnica definida y mucho, mucho talento.

  Uno de los más conocidos graffiteros de aquellos años fue “Taki 183” un joven que trabajaba como mensajero razón por la que conocía muy bien las calles de la llamada “Urbe de Hierro”  sus trabajos comenzaron a ser conocidos porque los colocaba en los lugares más visibles y por su gran colorido, firmados siempre como “Taki 183”, comenzó a ser buscado por el diario The New York Times para ser entrevistado, al mismo tiempo por la policía para ser encarcelado. El éxito de “Taki 183” para hacerse notar fue un estímulo para los jóvenes del ghetto quienes comienzan a desarrollar un estilo definitivo cuyas características aún hoy se utilizan, se amplia a gran escala el tamaño y se comienza utilizar la pintura “enlatada” en spray recién inventada con lo que se puede cubrir mayor superficie y con mayor rapidez algo que se adaptaba muy bien al trabajo en las calles.

 Ya en los años ochentas el graffiti se convierte en bandera distintiva de las pandillas y es ocupado como elemento para marcar su zonas de influencia y sus límites territoriales.

 Es también durante los ochentas cuando se crea todo movimiento cultural subterráneo no sólo en Nueva York  sino en todas las grandes ciudades de “gringolandia” algo llamado “Subway  Art”  el arte subterráneo.

 Pronto los diseños se hacen más complicados y más ingeniosos, los temas ahora abarcan desde la denuncia de las condiciones de vida en los ghettos hasta la amenaza pandilleril o temas que tienen que ver única y exclusivamente con cuestiones personales del artista.

 El “Sub Way Art”  fue algo que en la década de los ochenta se puso tan de moda como el “ska” ahora en la capital. Pronto graffiteros de todos colores y sabores invadieron con sus trabajos buenos, regulares y malos la ciudad, haciendo del graffity  ya no una expresión real de las pandillas sino algo más académico y caricaturesco., Hubo hasta artistas “conceptuales”  reconocidos que experimentaron con el graffiti, ¡claro! en galerías de gran prestigio y con una inversión de lana muy grande.

 Pero el graffiti verdadero y honesto  permaneció en las calles perseguido manteniendo los artistas en el anonimato.

 El “Sub Way Art” fue la idea de hacer que los graffitis recorrieran la ciudad, los vagones del metro fueron entonces la galería del artista del barrio, un trabajo peligroso que debía hacerse rápido y en la oscuridad de los hangares cuando la ciudad dormía.

  La contradicción del “arte del metro” consistía en que este trabajo les permitía de alguna manera salir del anonimato pero la vez se debía permanecer dentro de él por ser éste una trasgresión contra la propiedad pública.

 Efímeros trabajos con una gran elaboración que serían exhibidos por toda la ciudad tal vez por tan sólo un día.

 Nuestro país no se mantuvo ajeno a todo esto en aquellos años Michael Jackson hacia de las suyas en las pantallas chicas de la gran familia mexica, asombrando a chicos y largos con su pasito en el aire, como si un pinche ventarrón lo regresará en vilo ¡si!  él mismo que hacia resortes pero dos o tres décadas atrás en el cine mexicano.
 La moda del “Break Dance” estaba en todo su apogeo y César Bono en su programa de baile se desgañitaba a diario gritando -¡y con ustedes..... lossss “Rekkkkkas”!-    grupo de bailarines de Break (que fue el baile oficial del rap y Hip-Hop).   Quienes oficialmente también fueron los más “chichos” para hacer sus pasos de “gusano” y el difícil paso del “helicóptero”.
 El Break Dance no sólo trajo consigo el baile a la TV de México  y de ahí a la calle sino todo lo que se manejaba a su alrededor, la forma de vestir y de echar desmadre, obviamente también las pintas gráffiteras que vinieron a hacer a un lado a las pintas punk que aquí  ya se manejaban y que aún se utilizan.

 Desde entonces el graffiti que se elabora en la urbe de los imecas comienza un desarrollo que maduraría hasta finales de los años 90 cuando el Hip-Hop,  el Rap y los derivados que existen de estos ritmos negros penetran por fin en el gusto de los jóvenes, debido a la difusión en los medios de nivel masivo.

 Finalmente el gran impulso viene cuando grupos como “Control Machete” y “Molotov” muestran que el actual Rap puede hacerse con características mexicanas (que son a la vez universales), la violencia, la política, la droga, la prostitución y la corrupción.
 En ese sentido el gran aporte de estos dos grupos ha sido decir en la radio aunque con restricciones lo que ya sabíamos, lo que dicen los jóvenes en la calle, que existe una forma de vida juvenil, subterránea con características definidas que muchos niegan o no quieren ver, un submundo regido por la violencia, por las armas, por la droga, la pobreza, el racismo y la delincuencia, que el proyecto de nación que nos imponen es un gran fraude y que el Rap  y el graffiti son un producto de este fracaso, las dos vertientes recogen entonces el sentido histórico por las que fueron creadas la denuncia ante la opresión.

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