Bátiz, la mariguana y
los medios
Por: Leopoldo Rivera Rivera*
En estos tiempos de noticias escasas y declaraciones
intrascendentes de políticos mediocres, a algún reportero se le ocurrió
preguntar el pasado 13 de noviembre, al procurador capitalino su posición
acerca de la legalización de las drogas (ya se había pronunciado por la legalización
de la Cannabis en una oportunidad anterior). Sin pensarlo dos veces, Bernardo
Bátiz se pronunció a favor “aunque en el interior de los penales”, matizó.
El cacareo mediático y político
no se hizo esperar, tampoco las declaraciones de políticos de todas las
calañas: desde procuradores y cardenales hasta líderes de organizaciones no
gubernamentales y miembros del gabinete poblaron las páginas de los diarios y
los espacios de radio y televisión durante dos semanas. La mayoría en contra y muy pocos a favor,
todos pudieron dar su opinión acerca de la improvisada declaración, que el
mismo Bátiz se vio a forzado a reconocer como incompleta, debido sobre todo a
su carencia de información.
La propuesta no es novedosa,
puesto que desde el inicio mismo de la prohibición, en México se han levantado
voces que denuncian la aberración que significa prohibir a los individuos
introducir sustancias en sus cuerpos. Sin embargo, manifestar esa postura
significaba, hasta hace poco, la muerte política.
Lo que resalta en este caso es la
ausencia de información en la casi totalidad de las opiniones, incluida la del
propio Bátiz, pues mezclan en un solo saco la totalidad de las sustancias
ilegales, cuya única similitud es estar prohibidas. No se toman en cuenta sus efectos,
el grado de adicción, o lo perjudicial que resulten: como están prohibidas,
todas son "drogas"
Es en este concepto donde la
ignorancia de la sociedad se hace más patente: es la ilegalidad lo que hace
peligrosas a las drogas, no sus efectos.
En el caso de la Cannabis, no se
toma en cuenta el beneficio que para algunos puede significar, ni que la
experiencia de millones de consumidores desmienta diariamente las versiones
oficiales que la hacen aparecer como un monstruo verde que amenaza con destruir a la sociedad. En este
marco, tampoco se mencionan los resultados beneficiosos en los países donde la despenalización de esta planta es una
realidad.
Pocos mexicanos saben que la
Cannabis forma parte de la historia de la humanidad y de la cultura de
numerosos pueblos; que esta planta llegó a México con los españoles y que son numerosos los artistas,
políticos e intelectuales mexicanos que la han usado e incluso han defendido su consumo y una forma menos represiva de
abordarlo.
Si la mayoría de la población aún
tiembla ante la sola mención de la palabra
mariguana, es por la falta de información correcta, labor que corresponde hacer
a los ciudadanos conscientes –consumidores o no — para que este país sea
cada vez más libre de prejuicios que sólo generan desconfianza entre sus
pobladores.
*Asociación
Mexicana de Estudios sobre Cannabis.
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